¿Qué es la felicidad?

Es una pregunta que todos nos hemos formulado alguna vez en la vida. Son muchos los pensadores que a lo largo de la historia han reflexionado sobre los secretos de la felicidad y cómo conseguirla.

Según Buda, “No hay un camino a la felicidad: la felicidad es el camino.” 

Según Sócrates, “El secreto de la felicidad no se encuentra en la búsqueda de más, sino en el desarrollo de la capacidad para disfrutar de menos”.

Según Aristóteles, “La felicidad depende de nosotros mismos”. 

Ser feliz significa autorrealizarse, alcanzar las metas propias de un ser humano.

Por eso ahora, quiero hablarte de la “teoría de la Auténtica Felicidad”.

Martin Seligman, reconocido psicólogo y pionero de la psicología positiva, propone un concepto de felicidad que va mucho más allá del mero placer o la satisfacción momentánea.

Para Seligman la felicidad es “la identificación y el cultivo de las fortalezas más importantes de la persona y de su uso cotidiano en el trabajo, el amor, el ocio y la educación de los hijos (para los que tienen hijos)”.

La felicidad es medible y esta medida se ve en la satisfacción con la vida. Mientras más satisfacción con la vida más felicidad.

Entonces, ¿cómo puedo aumentar la satisfacción con la vida?

Para ello debemos hablar de los elementos que componen la “teoría de la felicidad”:

La vida placentera:Esta dimensión se centra en maximizar las emociones positivas y las experiencias gratificantes. Implica disfrutar de los placeres sensoriales, la comodidad, el ocio y las relaciones positivas. Si bien es un componente importante, Seligman señala que la búsqueda exclusiva del placer no conduce a una felicidad duradera.

Felicidad
Flow

La vida comprometida: También conocida como “flow”, esta dimensión se relaciona con la inmersión total en las actividades que nos apasionan y nos hacen perder la noción del tiempo. Puede ser a través del trabajo, los hobbies, el deporte, la creación artística o cualquier otra actividad que nos absorba por completo. Al vivir en estado de “flow”, experimentamos un profundo sentimiento de satisfacción y realización.

La vida significativa: Esta dimensión se enfoca en encontrar un propósito y un sentido a nuestra existencia. Implica utilizar nuestras fortalezas y habilidades para contribuir a algo más grande que nosotros mismos, ya sea a través del servicio a la comunidad, la familia, el trabajo o cualquier causa que consideremos valiosa. La vida significativa nos brinda un sentimiento de trascendencia y conexión con el mundo que nos rodea.

Seligman argumenta que la verdadera felicidad proviene de cultivar las tres dimensiones de manera equilibrada. No basta con buscar el placer o la gratificación inmediata, sino que también debemos comprometernos con actividades que nos desafíen y nos hagan crecer, y encontrar un propósito que dé sentido a nuestras vidas.

Algunos puntos clave de la teoría de Seligman:

  • La felicidad se puede aprender y cultivar: A través de prácticas como la gratitud, la amabilidad, el optimismo aprendido y el desarrollo de fortalezas personales, podemos aumentar nuestro nivel de bienestar y felicidad.
  • El enfoque en las fortalezas es fundamental: Identificar y utilizar nuestras fortalezas personales nos ayuda a sentirnos más competentes, seguros y satisfechos con nuestras vidas.
  • La importancia de las relaciones positivas: Las conexiones sociales significativas y el apoyo de los demás son esenciales para nuestro bienestar emocional.

¿Cómo puedo conseguir ser una persona más feliz?

Ahora bien, dejémonos ya de tanta teoría y pasemos un poquito a la práctica, ¿te parece? 😉 Sólo tres cosas para empezar a trabajar y mejorar, en lo que esté en nuestra mano, la felicidad.

Lo primero y fundamental es no obsesionarte con alcanzar la felicidad

Cuánto más trates de conseguirla y llegar a ella, peor será. Obsesionarte con ser feliz sin conseguirlo, sólo te llevará a estados de ansiedad y a frustrarte sin sentido alguno. Esto es sufrir por sufrir.

Intenta decir “adiós” a las necesidades absolutistas

¿Alguna vez te has planteado qué necesitas realmente para ser feliz? Salud, algo de comida, agua, un techo bajo el  que vivir, marcarte algún objetivo y meta por la que desarrollarte día a día, dormir y poco más.

Evita la soledad, rodéate de gente y fomenta tus relaciones sociales

¿Qué tal quedar con el grupo de amig@s de siempre, una vez al mes? No seas perezas@ y encárgate tú de organizarlo.

En resumen, la felicidad para Seligman no es un destino, sino un camino que se construye día a día a través de la búsqueda del placer, el compromiso con nuestras pasiones y la construcción de una vida con sentido.